«Magical Thinking», by Diane (from So Very Happy Art)
Cómo y Por qué
Dejar los Juicios en el Juzgado
Digo juicios, por no llamarle creencias, opiniones o etiquetas mentales. Muchos nombres para algo que tú y todos conocemos bien, pues dictan nuestras acciones diarias y condicionan nuestra vida por completo.
¡No nos engañemos! El fiestón de anoche, tus recuerdos de la infancia, la carrera universitaria, la pareja que elegiste como compañero/a vital, el dúplex o el pisito donde vives….Todas estas cosas se quedan cortas en cuestión de condicionamientos, si las comparamos con los veredictos que lanza tu mente cada segundo.
De hecho, todas y cada una de las decisiones que tomas en tu vida: desde la de ir al fiestón de anoche a la de comprarte la casa donde vives, están basadas en tus creencias. Si tienes un patrón mental que dicta: «Los sábados por la noche hay que darlo todo con los colegas», no habrá fin de semana que no te pilles una buena cogorza, o si crees que «Lo más importante cuando te vas a comprar una vivienda es que haya ascensor en el edificio», posiblemente eso haya marcado la decisión de vivir donde ahora estás.
Y así sucede con todo. Fíjate en cómo se desencadenan, sin casi darte cuenta, tus pensamientos y opiniones al ver estas imágenes:
The Singing Butler by Jack Vettriano
Qué rara es esta imagen. Qué interesante es. No me gusta nada. Me recuerda a… Es poco realista. Seguro que son franceses. Los españoles no bailamos así nunca. No me gusta la gente rica. Ojalá tuviese un vestido así. Los vestidos de noche son caros. Son jóvenes, claro. Los viejos no podemos hacer estas cosas. Es bueno tener criados. No trabajan, por supuesto, porque son de la alta sociedad. Mañana es lunes y tengo que madrugar. Los españoles tenemos que trabajar duro. Qué suerte pintar así de bien. No soy bueno en arte. Lo mío son las ciencias…
Autora: Abbey Ryan
Es sushi, qué bueno. A saber lo que es eso, seguro que es comida rara. Nadie se puede comer eso. Llevo mucho tiempo sin ir a un japonés, qué pena, cerraron el que estaba cerca de casa. Eso no alimenta a nadie. Tanto color en las comidas es sospechoso. Los españoles tenemos que aprender de los japoneses. No hay japoneses gordos. Comer esto en invierno te da dolor de tripa. Qué fácil es la comida japonesa. A mi madre no le gustan estas cosas. Siempre me sienta mal el sushi…
Podría haber elegido cualquier otro cuadro, pero con estos ejemplos basta para darte cuenta de la infatigable actividad mental a la que estamos sometidos (que al final nos acaba fatigando, por supuesto) día y noche, sin descanso.
Date cuenta de que he señalado en negrita las frases o «coletillas» que tienden a ser peligrosas.
¿Peligrosas, las creencias?
¿Por qué?
Cuando ponemos etiquetas mentales estamos «fijando» una idea concreta sobre algo. De esta forma, estamos reduciendo, limitando e inventándonos una descripción sesgada de la realidad, y por lo tanto, impidiendo que se abran nuevas puertas, negando la posibilidad de que la vida te sorprenda.Y por supuesto, tus juicios o creencias mentales acerca de tu realidad no son La Realidad. Es como comparar la fotografía del paisaje con el paisaje real, en vivo y en directo. Tanto si sacas la foto con un móvil viejo como si lo haces con una super cámara mega réflex cojonuda, el resultado será una descripción insuficiente y restringida de lo que estás viendo ahí fuera.
O lo que es lo mismo:
El Mapa NO ES el Territorio |
Tu mapa de la vida es una caricatura de La Vida. Y en ocasiones, poco acertada. Nada más.
Si vives creyendo que lo que crees va a misa, te convertirás en un ser cada vez más rígido, pequeñito interiormente y miedoso, pues te estarás perdiendo el lujo de experimentar la vida a todo color dolby surround en un mundo donde la flexibilidad de pensamiento, la curiosidad y la inocencia a la hora de probar cosas nuevas son una palanca importantísima hacia una vida plena y feliz.
Vale, estoy convencido. ¿Qué hago para dejar de juzgar?
Creencias siempre vamos a tener. Eso es innegable. Pero cuando éstas son limitantes y nos hacen ser personas con menos recursos y amplitud de miras, ¡nos debemos poner manos a la obra! Pero, ¿cómo lo hago?
1. Empieza por «pillar» a otros cuando juzgan. De esta manera, si vas tomando consciencia de las etiquetas mentales de los demás, poco a poco sabrás reconocerlas en ti mismo y acabarás por corregir tus sentencias mentales.
2. Identifica las «coletillas» peligrosas:
«Siempre…», «Nunca…», «La gente…», «Todo el mundo…», «Todos los…», «Todas las…», «Nadie…», «Seguro que…».
Normalmente, salvo excepciones, las frases que comienzan así son especialistas en reducir y distorsionar tremendamente la realidad. Así que ya sabes, si de ahora en adelante oyes a alguien (incluida tu propia mente) utilizándolas, ponte en Modo Alarma 😯 y al menos regálate el beneficio de dudar de la veracidad de lo que sigue a esas «coletillas» tan peligrosas.
3. Convierte en preguntas las «coletillas» anteriores:
Cuando te escuches a ti mismo algo que empiece por «siempre…» , primero sospecha y luego, contéstate, por si acaso: ¿Siempre? . Lo mismo puedes hacer con las demás palabras peligrosas. ¿TODO el mundo? ¿Todas? ¿Seguro?
Esto te aportará más consciencia acerca de tus juicios y más tiempo para reflexionar y modificarlos de manera que no sean tan limitantes y restrictivos.
Ejemplos:
«La gente está cansada» (¿Toda la gente?¿Cómo sé que está cansada?).
«Nunca se me ha dado bien el dibujo» (¿Nunca? ¿Cómo lo sé? ¿Puedo recordar alguna experiencia en la que dibujé y me saliese bien?).
«Nadie me quiere» (¿Nadie? ¿Estás seguro de ello? ¿Puedes nombrar al menos una persona que te quiera?).
En principio, tómatelo como un simple entretenimiento que hacer a diario (cuando estés viendo la tele, escuchando la conversación de los vecinos…) y luego irás comprendiendo la veracidad y la gran utilidad de este juego. Al final, si lo practicas durante una temporada, te puedo asegurar que lo acabarás integrando y llegará un momento en que lo harás sin pensar. Habrás sido capaz de dejar los juicios en el juzgado. 😉
…
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La misión de Pilar Corcuera es difundir herramientas de conciencia corporal, mental y emocional. A través de sus artículos semanales y sus sesiones de trabajo corporal garantiza que sentirse bien y ser feliz es posible.Puedes leer su historia aquí |